Un silencio abrupto, seguido de gritos del público, marca el inicio del video grabado por asistentes al Imperial Royal Circus en Italia. Este acto, conocido como el “Globo de la Muerte”, muestra los últimos segundos del joven acróbata chileno Christian Quezada Vázques, de 26 años.
En la noche de una función casi a oscuras, iluminada solo por las luces LED de los trajes de los motociclistas, se observa el complejo número: tres acróbatas circulan a toda velocidad dentro de la esfera metálica, cruzándose en trayectorias milimétricas. Según los primeros antecedentes, Quezada habría perdido el control de su motocicleta, cayendo hacia el centro de la estructura.
El instante siguiente fue inevitable. Sus compañeros —un mexicano de 43 años y un colombiano de 26— intentaron frenar, pero la inercia y el escaso espacio derivaron en una violenta colisión. El chileno murió en el lugar; el acróbata mexicano fue trasladado en estado crítico a un hospital, donde permanece fuera de riesgo, mientras que el tercer integrante resultó con lesiones leves.
La tragedia activó una investigación de oficio. La policía incautó el globo metálico, las motocicletas y los videos del público para determinar si hubo fallas mecánicas, errores humanos o un malestar súbito del joven chileno. También se ordenó una autopsia.
Christian Quezada era un artista multidisciplinario que había recorrido varios países con espectáculos itinerantes y que este año incluso se presentó ante el Papa Francisco.






















