Desde Austin, Texas –minutos después del cierre de Wall Street– Tesla dio inicio a su esperada junta de accionistas. En la agenda figuraban las propuestas más controvertidas del año, entre ellas la votación del millonario paquete de compensación para su fundador y CEO, Elon Musk.
Pese a la oposición previa del mayor fondo de inversión del mundo, los accionistas del fabricante de autos eléctricos dieron luz verde al nuevo plan de compensación del controvertido ejecutivo, otorgándole un paquete accionario equivalente al 12% del capital social de la compañía, sujeto al cumplimiento de 12 hitos financieros y operativos.
El esquema establece metas de capitalización bursátil de US$ 8,5 billones -una cifra superior a la suma actual de empresas como Meta, Microsoft y Alphabet-, multiplicar sus ganancias por 24 hasta los US$ 400.000 millones, sumar 20 millones de vehículos entregados, un millón de taxis autónomos y robots Optimus, y 10 millones de suscripciones al software de conducción autónoma.
Con esta decisión, el CEO asegura el control de cerca de una cuarta parte de Tesla y se encamina a convertirse en la primera persona del mundo con una fortuna superior a US$ 1 billón (billón de dólares).






















