Mauricio Vera, a solo 10 años de edad, tenía un sueño: jugar para Colo Colo. Durante cinco años, esta ilusión fue su principal motivación, pero en un partido crucial con Arturo Vidal, sufrió un trancazo que le puso fin a sus esperanzas futbolísticas.
Siempre fue colocolino. En la Escuela de Colo Colo y las divisiones inferiores, practicaba con entusiasmo. Marcelino Espina, padre del también exfutbolista Marcelo Espina, era el entrenador en ese tiempo. “Representé y gané títulos con Colo Colo”, revela Vera a Las Últimas Noticias.
Sin embargo, el accidente deportivo con Vidal fue determinante para su futuro. “Se me alejó el balón y cuando fui a trancar él hizo lo mismo con tanta fuerza que hice un mortal al revés”, recuerda Vera, comparando la situación a dibujos animados.
Después de este incidente, Vera buscó una nueva dirección. En su colegio, dio sus primeros pasos como bailarín. Luego, en 2001 y tras una serie de presentaciones televisivas, probó suerte en el Teatro Municipal de Santiago, donde obtuvo una beca completa.
“Yo en lugar de decir el intermedio, decía entretiempo”, cuenta Vera con un toque humorístico. Pero pronto se aburrió del trabajo y decidió abandonar la oportunidad. “El director llamó a mi mamá y le dijo: Creemos que él tiene talento. Si vuelve podría tener futuro”, añade, reconociendo que en ese momento no lo creía.
En 2011, Vera emprendió nuevos horizontes. Actualmente reside en Tribeca, un barrio de Nueva York conocido por sus figuras del espectáculo mundial. Baila en el Ballet with a Twist y otros teatros de la Gran Manzana.
“En 2018 cambié mi visa de un sponsor a múltiples empleadores”, explica Vera sobre su flexibilidad laboral.
Finalmente, Mauricio se dirige a Arturo Vidal: “A Vidal… gracias por ayudarme a encontrar mi vocación”.