El mercado se prepara para un lunes de tensión ante la escalada bélica en Oriente Próximo. El peor escenario que contemplan los analistas financieros para el conflicto de Oriente Próximo puede hacerse realidad si Irán cierra el estrecho de Ormuz, en represalia por el ataque de Estados Unidos a sus instalaciones nucleares.
Por esa vía marítima pasa alrededor de la quinta parte de la producción global de petróleo, al unir los grandes exportadores del Golfo Pérsico con los grandes consumidores de los países occidentales y orientales. Si se confirma el bloqueo del estrecho y la interrupción de ese flujo, los analistas de Goldman Sachs, Barclays y Société Générale consideran que el barril de Brent, ahora en cerca de US$ 80, superaría los US$ 100.
Otros expertos son más pesimistas: Deutsche Bank considera que el petróleo se iría por encima de los US$ 120. El repunte del coste energético se dejaría sentir de inmediato en las bolsas, ya que drena los beneficios de muchas empresas (salvo las propias petroleras que bombean el petróleo e ingresarían más), y una consecuencia posterior es que el probable incremento de la inflación impediría bajar los tipos de interés a los bancos centrales como espera el mercado, dañando más todavía las valoraciones de las cotizadas.
Es difícil vaticinar el alcance de ese impacto en bolsa. Hay quien compara la situación con la de 1973, cuando el bloqueo árabe a los envíos de petróleo tras la guerra del Yom Kippur hizo caer los mercados un 17% en pocas semanas.
No parece que estemos todavía en esta situación. Todavía puede suavizarse el conflicto entre Irán y la alianza Israel-EEUU, e incluso si se cierra el estrecho de Ormuz, los analistas apuntan a que un aumento de la producción en Arabia Saudí y Abu Dabi (utilizando vías alternativas de transporte aunque sean mas lentas) o en el propio EEUU podría compensar en parte el golpe.
En cualquier caso, el aumento de los riesgos geopolíticos hará caer el lunes las bolsas, que deben descontar un escenario más peligroso. Hay observadores que apuntan al menos a un descuento del 5% si se acerca el posible cierre de Ormuz. Históricamente, salvo en el citado caso de 1973, estas correcciones por sucesos en Oriente Medio suelen ser recuperadas en poco tiempo.
Aniket Shah, analista de Jefferies, dice hoy domingo en una nota a los inversores que “los elevados precios del petróleo ponen en riesgo la reciente tendencia de desinflación y complican el camino de la Fed para recortar los tipos”. En el caso del Ibex, los analistas de Citi consideran que la Bolsa española es -junto a Alemania- una de las más sensibles de Europa a estas noticias, por el mayor coste de las importaciones en el país y el efecto negativo en valores cíclicos como el crudo. Desde este banco apuestan por la bolsa británica como una de las más defensivas en este entorno, gracias al peso en sus índices de petroleras, mineras y farmacéuticas.