Los cuerpos desmembrados de Ana María Pizarro y María José Zambra fueron encontrados en sitios eriazos, compartiendo una brutalidad que une dos hechos de sangre separados por seis años. Aunque la mayoría de los detalles permanecen bajo reserva, la Policía de Investigaciones ha revelado un dato crucial: Ana María utilizaba un chip de teléfono que había pertenecido a Zambra.
Este chip fue reactivado semanas después del asesinato de Zambra en 2019. La misma Ana María Pizarro declaró inicialmente que el teléfono era usado por su pareja venezolana, José Alejandro Medina Ladera, quien ha sido detenido recientemente y ahora es imputado por los crímenes.
El origen del chip y cómo llegó a manos de Ana María siguen siendo inciertos. El sospechoso, un hombre de 35 a 40 años originario de Valencia en Venezuela, fue localizado tras una “alerta internacional”. Las dudas sobre su participación en ambos casos han generado preocupación y cuestionamientos por parte de las familias y vecinos.
Aunque no se ha profundizado esta línea de investigación, la comunidad se pregunta si durante años un asesino con tal nivel de crueldad estuvo viviendo entre ellos.