La industria automotriz enfrenta un golpe significativo con el anuncio de Donald Trump de aplicar un arancel del 25% a todos los vehículos no fabricados en Estados Unidos (EEUU) desde la próxima semana.
Este impuesto ha generado preocupación entre las principales empresas automovilísticas asiáticas y europeas, que han visto una caída en sus acciones; Stellantis y General Motors registraron una pérdida de 5-6%, mientras que Tesla se depreció un 1% debido a su dependencia de componentes importados.
Esta medida implica altos costos para las firmas y los consumidores, ya que el aumento del arancel también afectará a las partes utilizadas en la fabricación de vehículos.
La caída generalizada en las acciones refleja la preocupación sobre su impacto económico, no solo en Estados Unidos sino también en todo el mundo.
En Asia, el Nikkei japonés registró una caída del 0,60% y el Stoxx 600 europeo perdió 0,73%. Los futuros de Wall Street operan con bajas moderadas. El dólar se debilitó ligeramente frente a otras monedas, cediendo un 0,13%.
El plan de la Casa Blanca incluye el arancel no solo en los vehículos importados sino también en las partes utilizadas para su fabricación por empresas estadounidenses.
La medida entrará en vigor el 3 de abril.
De acuerdo con datos de S&P Global Mobility, Estados Unidos importó casi la mitad de los automóviles nuevos vendidos en 2024, con México como principal exportador. La aplicación del arancel a México y Canadá aún está en duda. Fuente oficial de la Casa Blanca asegura que las negociaciones con ambos países continúan.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se muestra confiada en una situación especial para su país, lo cual ha sido reflejado por el moderado debilitamiento del peso mexicano frente al dólar.
La UE y Canadá han anunciado posibles represalias ante las amenazas de Trump.
La Casa Blanca está dispuesta a imponer aranceles adicionales si la UE o Canadá intentan dañar el comercio estadounidense. En tanto, la industria anticipa nuevas alzas y volatilidad en los precios del cobre, producto de las amenazas arancelarias. Las empresas aceleran los envíos hacia EEUU para evitar costos futuros.