El Sexto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago condenó a tres líderes de una organización criminal que coordinaba la internación de droga desde Ecuador, escondida en cajones de plátanos. El traslado y entrega del cargamento fue seguido por un agente encubierto de la policía.
Las penas alcanzan los 15 años de presidio efectivo más multas y las inhabilitaciones legales. La historia se remonta a 2021, cuando una banda operaba desde la cárcel, utilizando un contenedor marítimo con cajas de plátanos y un agente encubierto que participó en reuniones, entregas pactadas y autos prestados.
Según el fallo, José Minuche Serrano, Jorge Alvarado Cárdenas y José Guamán Navarro —todos cumpliendo condenas previas— coordinaban desde abril de 2021 el ingreso de aproximadamente 150 kilos de droga desde Ecuador. El cargamento viajó escondido en cajas de plátanos de la marca Jaslin, dentro de un contenedor que arribó al puerto de San Antonio a bordo del buque Guayaquil Express.
En la Plaza de Armas y calle Beauchef, en Santiago, el agente encubierto sostuvo reuniones con los brazos operativos de la banda. Este plan narco se vino abajo durante una entrega controlada, cuando la policía sorprendió a los involucrados trasladando maletas y bolsos repletos de paquetes envueltos en cinta adhesiva: 121,6 kilogramos de marihuana y 5,9 kilogramos de cocaína.
Por su participación directa en la operación, el tribunal condenó a Jonathan Bran Piñeros y Gilberto Piñeros Saldaña a 6 años de cárcel. Kevin Reinoso Godoy y Matías Sáez Hoffens recibieron 4 años, ya cumplidos por el tiempo que estuvieron en prisión preventiva.
El tribunal dio por acreditado, más allá de toda duda razonable, que los acusados coordinaron la internación de droga desde Ecuador, remitiéndola vía marítima oculta en un cargamento de plátanos y contando para ello con diversos brazos operativos.
En contraste, el Sexto TOP de Santiago absolvió a Jhon Brayan Valencia Gil y Cristián Arboleda Cifuentes al no acreditarse su participación en la operación. El tribunal ordenó además el comiso de los vehículos utilizados y la toma de muestras de ADN de todos los condenados una vez que el fallo quede ejecutoriado.






















