Danny Drinkwater, exvolante del Chelsea, ha experimentado un radical cambio en su vida tras pasar por diversos equipos. De la academia de Manchester United a su paso por Leicester City, pasando por el Chelsea y otros clubes, Drinkwater tuvo un recorrido inestable pero lleno de hitos. En Leicester, Drinkwater jugó un papel crucial durante el histórico ascenso del equipo desde la Championship hasta la Premier League en 2013. Dos años después, los Foxes se coronaron campeones bajo la dirección de Claudio Ranieri, destacando junto a N’Golo Kanté.
Sin embargo, el panorama cambió drásticamente para Drinkwater al unirse al Chelsea en 2017. Lesiones y escándalos extradeportivos marcaron su estadía en el club londinense, donde no gozó de minutos significativos bajo la dirección de Antonio Conte ni Maurizio Sarri. Las cesiones a equipos como Burnley, Aston Villa, Kasimpasa (Turquía) y Reading no justificaron los 40 millones de euros que pagó el Chelsea por él.
En una época difícil marcada por la pérdida de su abuela y abuelo, el diagnóstico de leucemia en su padre y problemas familiares, Drinkwater tomó la decisión de retirarse del fútbol profesional. En 2023, anunció que se había trasladado al oficio de albañil, trabajando duro en obras. Para muchos, era una señal de que había “tocado fondo”, pero el exfutbolista respondió: “Me encanta estar trabajando duro en la obra, es una elección”.
A pesar del cambio radical en su carrera, Drinkwater sigue jugando fútbol en el amateurismo inglés. Reflexionó sobre sus logros, afirmando que había podido comprarle a sus padres la casa de sus sueños y mantener a su familia. “¿Puedo decir que el fútbol es una mierda? Ni hablar”, concluyó Drinkwater, demostrando que en algunos aspectos, el sueño del fútbol profesional aún tiene un valor real para él.






















