Desde hace semanas, el proceso electoral chileno parecía asentado con Jara y Kast en una segunda vuelta predecible. Sin embargo, las encuestas han mostrado un atenuado pero persistente declive en la popularidad de Kast, influenciadas por una veda que impide conocerlas a la opinión pública.
Junto al declive de Kast, su derecha ha comenzado a consolidar a un Kaiser, quien ha subido las encuestas desplazando a Matthei del tercer lugar. A JAK se le sigue apuntando por la debilidad de sus equipos, pero esto se intensifica en el caso de Johannes, donde Axel representa la ala progre-woke.
El tedio prevaleciente ha llevado a las personas a buscar emociones fuertes, lo que permite a los sectores políticos explayarse. La derecha siente que la victoria está garantizada y puede permitirse cualquier acción radical, ya sea el voto útil o el expresar su molestia con el gobierno actual.
Si Kaiser logra alcanzar el segundo lugar en las encuestas, sus coqueteos con movimientos antivacunas, ideas económicas estrambóticas como la eliminación del Banco Central, y propuestas impopulares para modificar la PGU podrían ser reveladas. Johannes ha cumplido un rol clave al permitir a Kast mostrar una imagen moderada en las encuestas, pero esto se vuelve peligroso si Kaiser sigue ganando terreno.
Con solo 15 días de elecciones, y sin encuestas confiables, la situación se pone tensa. Si Kaiser sorprende con su victoria, la elección quedará abierta, posiblemente llevándonos a una Presidenta comunista, todo debido al aburrimiento generalizado en el proceso electoral.






















