El evento sísmico que provocó un derrumbe fatal en El Teniente, la mayor mina de Codelco, probablemente fue causado por la actividad minera y no por la naturaleza, según una persona con conocimiento directo del asunto.
El escenario más probable que se maneja al interior de Codelco es que el incidente se debió a tensiones geológicas derivadas de los propios procesos de extracción del proyecto, y no a un movimiento natural de placas tectónicas, dijo la fuente, que pidió no ser identificada debido a que la investigación sigue en curso.
El Teniente, una de las minas subterráneas de cobre más grandes del mundo, permanece detenida desde el 31 de julio, cuando seis trabajadores murieron y otros nueve resultaron heridos tras un sismo de magnitud 4,2 que provocó el colapso de parte de la operación. El temblor afectó una zona de reciente desarrollo conocida como Andesita.
El accidente ha sacudido a la industria minera chilena, donde los proyectos deben construirse para resistir una actividad sísmica frecuente y, a veces, de gran magnitud. La estatal Codelco presentó una solicitud para reanudar partes de la mina mientras realiza una investigación sobre la causa del incidente.
El escenario hacia el que Codelco se inclina es compartido por varios expertos de la industria. Nicolás Muñoz, analista de oferta de cobre de la consultora CRU, también cree que la actividad sísmica probablemente fue autogenerada.
Según explicó Muñoz, el método de hundimiento por panel —utilizado habitualmente en El Teniente— implica el colapso controlado de áreas agotadas de la mina. Esto, combinado con actividades mineras simultáneas en otras zonas, podría haber incrementado el estrés dentro del cuerpo mineral. Muñoz, que trabajó previamente como contratista de ingeniería en proyectos como El Teniente, señaló que “en algunos casos, partes de la roca no pueden adaptarse al nuevo régimen de tensiones y fallan repentinamente, liberando energía acumulada en forma de eventos sísmicos”. Estos denominados estallidos de roca son muy difíciles de predecir en minas profundas y altamente activas, añadió.
Más allá del origen del evento sísmico, la gran pregunta es si es seguro reanudar la explotación subterránea en El Teniente, que representa una cuarta parte de la producción de cobre de Codelco. Una suspensión de un día podría significar una pérdida de 750 toneladas de cobre, equivalentes a unos US$ 7,5 millones en ingresos, según CRU.
Si las autoridades chilenas ordenan mantener cerrada la mina hasta que finalicen las investigaciones, la producción perdida podría agravar las tensiones de oferta en el mercado global. También aumentaría la presión financiera sobre la endeudada Codelco, que enfrenta importantes compromisos de gasto y una producción en declive.
Para reanudar operaciones, Codelco debe convencer a reguladores y sindicatos de que toda la operación subterránea es estable, no solo las áreas afectadas. Será necesaria una revisión exhaustiva de los planes actuales de la mina, en especial de los supuestos de diseño y criterios de seguridad aplicados en todas las zonas clave, dijo Muñoz.
En mayo, se determinó que la actividad sísmica que provocó inundaciones en Kamoa Kakula —la mayor mina de cobre de África— también fue autogenerada, según su operador Ivanhoe Mines. La empresa planea estabilizar la sección inundada instalando pilares estructurales más grandes, mientras acelera la construcción en otra zona para mantener la producción de cobre.
Pero Muñoz advirtió que esta solución no es aplicable a El Teniente, que alcanza profundidades de 1.200 metros y ya ha registrado importantes desprendimientos de roca en zonas como Andesita.