Un año y cuatro meses después del asesinato de Paulina Cáceres Espinoza, un adolescente identificado por las iniciales L. M. P fue declarado culpable de femicidio íntimo en Ovalle, Coquimbo.
La pericia balística del Labocar de Carabineros de Coquimbo fue clave para demostrar que el disparo no fue accidental ni parte de un juego, como sostuvo el acusado. El tribunal consideró la posición y trayectoria del proyectil, acreditando dolo directo de matar a Paulina.
Paulina, estudiante de tercero medio del Colegio Santa María Eufrasia de Ovalle, falleció tras recibir un disparo en la cabeza mientras se encontraba en la vivienda del acusado. Este hecho ocurrió el 31 de marzo de 2024.
Desde el inicio, la familia sospechó que se trataba de un femicidio. La defensa intentó instalar la versión de un accidente. La Fiscalía solicitó una pena máxima: 10 años de internación en régimen cerrado con programa de reinserción social.
Carolina Pizarro Espinoza, hermana de Paulina, considera que el condenado es peligroso y cree que hay otras víctimas. Aunque la familia espera la sanción más alta posible, Carolina cree que la justicia sigue siendo insuficiente.
La audiencia de lectura de sentencia se programó para el jueves 7 de agosto, donde el tribunal decidirá si acepta la solicitud de la Fiscalía o opta por una pena menor.