Tras confirmarse la fuga hacia Perú del sicario venezolano Carlos Alberto Mejía Hernández, principal imputado por el asesinato del “Rey de Meeiggs” en Ñuñoa, las autoridades peruanas desplegaron un amplio operativo para dar con su paradero. Bajo este contexto, el general Arturo Valverde, Jefe de la Región Policial de Tacna, y el comandante Carlos Blanco, jefe de la División de Unidades Especializadas de la Policía Nacional, entregaron detalles sobre las medidas que se están tomando ante la liberación errónea de Mejía.
Las autoridades peruanas tomaron conocimiento del mensaje de alerta de Chile y iniciaron diferentes operativos para dar con Mejía. Por ello, anunciaron que lo están buscando en Perú bajo dos posibles identidades: Daniel Rodríguez Sierra o Juan Carlos Arroyo. Las autoridades indicaron que remitieron su foto y características a todo el personal.
“Se están realizando operativos en la frontera y en diferentes puntos, principalmente atentos a los pasos que son indebidos en la zona de frontera”, explicó el comandante Blanco. En ese sentido, precisó que “hemos montado diversos operativos, tanto en vehículos, motocicletas, incluso con la aplicación de drones, desde el Hito 1 aproximadamente hasta el Hito 26, que es una zona de posibles ingresos a nuestro territorio nacional”.
De acuerdo a la policía peruana, por el momento aún no se ha confirmado el ingreso de Mejía por esta zona. Sin embargo, también consideran la posibilidad de que haya utilizado un acceso por Bolivia, dado que el margen del territorio fronterizo es muy amplio.
Informaron que concentraron sus fuerzas policiales en los pasos fronterizos de Bolognesi y Santa Rosa, lugares donde normalmente se da la migración irregular. Para esta compleja búsqueda, los funcionarios peruanos desplegaron un equipo conformado por un vehículo patrullero con tripulación reforzada (tres efectivos), dos motocicletas lineales o cuatrimotos, y un piloto de dron, sumando un promedio de seis a siete personas por cada grupo dentro de un rango de diez kilómetros lineales.
El imputado se fugó hacia Perú tan solo 48 horas después de haber sido liberado de prisión por un grave error administrativo. El sujeto inició su día con un recorrido en micro desde la Penal de Santiago 1 hacia Estación Central, donde solicitó un vehículo a través de una aplicación de transportes en la que pagó $2.5 millones para llegar hasta Iquique, lugar donde estuvo alojado en un hostal.
Luego, continuó su viaje hacia Arica, donde finalmente cruzó la frontera hacia Perú a través de un paso no habilitado, evadiendo cualquier tipo de control migratorio.