Casos de narcotráfico al interior de las Fuerzas Armadas dejan al descubierto graves situaciones, como seis suboficiales detenidos con 192 kilos de droga valuada en $3 mil millones, y funcionarios de la FACh intentando transportar ketamina en un vuelo. Además, se halló pasta base en una base militar en Colchane, llevando a que la PDI realice registros inéditos.
Expertos destacan la peligrosa intrusión del narcotráfico en instituciones del Estado. ¿Cuánta droga ingresaron?, ¿quién pone la plata?, ¿para qué más les pagan?, ¿estamos preparados para combatir el crimen organizado? Estas son algunas de las incógnitas que han dejado los diferentes casos vinculados al narcotráfico al interior de las Fuerzas Armadas.
Cabe mencionar que el primer caso que se informó tiene relación con seis suboficiales de la Segunda Brigada Acorazada de Cazadores de Pozo Almonte detenidos por el OS7 de Carabineros, luego de ser sorprendidos transportando 192 kilos de cocaína y pasta base, todo avaluado en $3 mil millones.
Días después, se supo que no sólo había “narcomilitares”, sino también “narcoaviadores”. Y es que cinco funcionarios de la Iª Brigada Aérea de la FACh en Iquique fueron atrapados intentando mover ketamina en un vuelo institucional desde Iquique a Santiago.
Pero eso no es todo, ya que, este jueves, se conoció que se encontró pasta base al interior de un recinto militar en Colchane. De esta manera, la situación sería de tal gravedad en las FF.AA. que, esta misma jornada, se desarrolló una medida inédita: se ordenó a la Policía de Investigaciones (PDI) realizar entradas y registro a bases militares desde Arica a Antofagasta.
Por otra parte, estos casos también dan cuenta, según mencionan distintos expertos en seguridad, de la delgada línea que existe entre el crimen organizado y las instituciones del Estado. Sin embargo, la irrupción del narcotráfico en las Fuerzas Armadas supone una preocupación aún mayor.
Si bien es peligroso que las bandas criminales permeen en diferentes poderos del Estado, un paso mayor es que lo hagan en las instituciones de orden y seguridad. De hecho, esto ya ha ocurrido en otros países de Centroamérica, por ejemplo, dejando escenarios que ha sido replicados, incluso, en series de televisión de pago.
También, los “narcomilitares” y “narcoaviadores” dan cuenta de organizaciones criminales grandes, ya que son miles de millones de dólares los que se mueven en este tipo de operaciones. Así las cosas, surgen las interrogantes antes mencionadas: ¿Cuánta droga ingresaron?, ¿quién pone la plata?, ¿para qué más les pagan?, ¿cómo está la seguridad interna del país?, ¿estamos preparados para combatir el crimen organizado?