Bruno Fernandes de Souza, arquero brasileño, ganó renombre en Flamengo pero su vida privada se ve oscurecida por el crimen contra su esposa Eliza Samudio.
Detenido junto a otros tres hombres y un menor en junio de 2010, la policía acusó al portero de secuestrar, torturar e asesinar a Samudio. Testimonios revelaron que el cuerpo fue descuartizado y partes dadas a perros Rottweiler.
Condenado por homicidio calificado, secuestro y ocultación del cadáver, Bruno solo estuvo en prisión unos pocos años debido a la falta de pruebas sobre el paradero del cuerpo. Liberado en 2017, intentó volver al fútbol pero fue rechazado por el masivo repudio social. Su hijo Bruninho, sin conocimiento de su padre, asumió los pasos del arquero, jugando para Botafogo y cambiando el apellido para evitar la conexión con el crimen.