La familia del piloto Christian Muñoz Ortega, fallecido en el accidente de la avioneta ambulancia siniestrada en Curacaví, salió en defensa del profesional, sobre quien se insinuó una presunta “falta de experiencia”. Queremos expresar el profundo dolor que estamos viviendo por esta pérdida irreparable. Al mismo tiempo, sentimos la necesidad de aclarar y desmentir con firmeza algunas versiones que han circulado en ciertos medios de comunicación y redes sociales, las cuales insinúan que el accidente se habría debido a una supuesta falta de experiencia del piloto.
Así, el entorno cercano del fallecido Muñoz Ortega planteó que el esposo y padre no solo tenía décadas de trayectoria, sino que era “un verdadero profesional del aire”. Juntos con lo anterior, desde la familia detallaron que él acumuló más de 9.000 horas de vuelo, considerando trayectos en el norte, centro y sur de Chile.
Entre las labores que asumió, se incluyen trabajos de prospección pesquera, guía de embarcaciones en el océano durante vuelos nocturnos, traslado de trabajadores a zonas cordilleranas en el interior de La Serena, vuelos en condiciones extremas de viento, frío y hielo en la región de Magallanes, e incluso misiones sobre campos de hielo para entidades internacionales.
Según su familia, entre todas las experiencias mencionadas, enfrentó condiciones climáticas adversas y situaciones de emergencia que superó con éxito. Conocía el cielo de Chile como pocos. Volar era su trabajo, su vocación y su gran pasión.
La esposa e hijos del piloto de la avioneta siniestrada agregaron que él fue parte de la Fuerza Aérea de Chile, donde se desempeñó como mecánico en aviación por más de dos décadas. Esta experiencia “le otorgó un conocimiento técnico profundo de las aeronaves, poco común entre los pilotos civiles. Siempre fue responsable y cuidadoso; para él, la seguridad y la vida humana estaban por sobre cualquier otra cosa”.
El entorno de Muñoz Ortega destacó su “rigurosidad” y “disciplina”, no solo en el ámbito profesional, sino también en lo deportivo. En ese aspecto, representó a Chile en tiro al blanco, alcanzando dos récords panamericanos e incluso participó en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000.
Nuestro padre fue un gran hombre. Un hombre de familia, bueno, íntegro, un orgullo para nosotros y para el país. Les pedimos a los medios de comunicación que sean responsables y respetuosos con su memoria, y con todos quienes hoy lloramos su partida.
Cabe mencionar que el accidente ocurrió el miércoles de la semana pasada, confirmándose la muerte de los ocupantes al día siguiente, tras el hallazgo de los restos de la aeronave.