El Bologna completó este miércoles la gesta de su temporada al ganar la Copa Italia ante el AC Milan (0-1). Un título que no lograba desde hace 51 años, lo que le asegura un puesto en la próxima Liga Europa. El conjunto de Vincenzo Italiano hizo historia, llevándose un trofeo que acostumbran a levantar Juventus o el Inter y que faltaba en sus vitrinas desde 1974.
Una doble parada del meta polaco Skorupski mantuvo vivo al Bologna en la primera mitad. Salvó a su equipo con una reacción ante el cabezazo involuntario de su defensa a propia puerta e, inmediatamente, volvió a aparecer con una parada a bocajarro al disparo de Jovic, que no tuvo tiempo de dirigir el disparo a un lado.
Y nada más comenzar la segunda mitad, Ndoye aprovechó un balón suelto en el área rossonera, en el minuto 53, y terminó desatando la fiesta azul y roja en el estadio. El atacante se negó a disparar de primeras y sentenció el duelo, recogiendo el rebote, amagando, fintando y definiendo pegado al palo izquierdo de la meta de Maignan.
El gol de toda una ciudad, celebrado por todo lo alto por los 30.000 tifosi boloñeses desplazados para una ocasión única que acabó con un final feliz. Una historia que, por el otro lado, vuelve a ser negra para el Milan. Son ya 22 años que no levanta este título.
Este era un momento único que se había ganado el equipo de Sergio Conceicao de maquillar una temporada desastrosa. Octavo en Serie A, a falta de dos jornadas para el final, sus opciones de jugar en Europa pasaban por ganar esta final.
El Milan dejó al Inter en semifinales y apostaron todo a este partido. Pero el equipo rossonero, otra vez demasiado gris, demasiado predecible, demasiado lento, no pudo apartar al Bologna de la gesta, de levantar el título 51 años después.
Y no jugará Europa la próxima campaña, salvo milagro. El Bologna sí volverá a jugar entre semana. El flamante campeón de Copa se ganó merecidamente un puesto en el Viejo Continente.