En el marco del equinoccio de otoño, se inicia el proceso anual de ajuste horario hacia el horario de invierno en Chile.
Esta tradición, que data desde los años sesenta, busca optimizar la utilización de la luz natural durante las tardes más oscuras. Según el Decreto 224, el cambio horario se implementa para uniformar y racionalizar los ajustes temporales, asegurando un mejor aprovechamiento del crepúsculo durante los días con menor iluminación. Como resultado, a pesar de la oscuridad en las tardes, al día siguiente amanecerá una hora antes.
El 5 de abril próximo, a las 23:59 horas, los relojes deberán ser ajustados hacia atrás, dando lugar a un horario que retrocederá una hora (60 minutos). Esto significará que, en lugar de marcar las 00:00, los relojes mostrarán las 23:00.
Vale la pena mencionar que, por tener menos luz durante el invierno, la región de Magallanes mantiene el horario de verano, mientras que la Isla de Pascua y la Isla Sala y Gómez tienen sus propias regulaciones horarias.
De acuerdo con Time & Date, para las horas cercanas al cambio de hora, el sol saldrá a las 7:57 en la mañana del 5 de abril y se ocultará a las 19:31. Sin embargo, una vez que el nuevo horario entre en vigor, amanecerá a las 6:58 y atardecerá a las 18:30.
Aunque el horario de invierno es adoptado por Chile, no todos los países latinoamericanos siguen esta práctica. Estados Unidos, Haití, Paraguay, Cuba y Canadá también realizan ajustes similares en partes de su territorio.
A excepción de Venezuela, la mayoría de los demás países en la región han dejado de implementar cambios horarios sistemáticos.
Este cambio anual se ha convertido en un ritual familiar para muchas familias chilenas y es especialmente útil para aprovechar al máximo la luz durante las tardes más cortas del año.