El ministro del Interior, Álvaro Elizalde, analizó las salidas de alta nivel en su ministerio, incluyendo la ministra de Defensa, Maya Fernández, y el jefe de asesores del Segundo Piso, Miguel Crispi.
Estos cambios ocurren justamente tres años después del inicio del Gobierno del Presidente Gabriel Boric.
En una entrevista con Radio Duna, Elizalde explicó que la renuncia de Fernández se produjo poco antes de la presentación de una acusación constitucional en su contra. Esta acusación, relacionada con la fallida compra de la casa del expresidente Salvador Allende, fue calificada por el secretario de Estado como “una mala señal”, ya que desvió la atención de legisladores hacia un tema inútil.
El ministro también expresó su preocupación sobre el impacto de esta acusación en el rendimiento legislativo del país. Aseguró que el Gobierno está trabajando para proteger el patrimonio histórico, pero la forma en que se manejó el caso llevó a un resultado negativo.
Sobre la salida del jefe de asesores, Miguel Crispi, Elizalde defendió su desempeño y señaló que fue objeto de críticas injustas. Según él, Crispi había sido acusado de responder a preguntas que estaban fuera de su ámbito de responsabilidad durante una tensa sesión de la comisión investigadora del caso Monsalve.
Estos cambios reflejan el enfoque actual del Gobierno en mantener la integridad y eficiencia administrativa, así como en superar los desafíos legales que podrían comprometer su labor.