El proyecto INNA, un complejo industrial de hidrógeno verde en Antofagasta, ha generado preocupaciones entre expertos y activistas debido a sus impactos ambientales y astronómicos.
Impulsado por AES Andes, este gran complejo industrial en Taltal, destinado a la producción de hidrógeno y amoníaco verde con una inversión estimada de hasta 10 mil millones de dólares, está actualmente en evaluación ambiental y participativa hasta abril. Sin embargo, el emplazamiento del proyecto ha despertado inquietud, especialmente en la comunidad astronómica.
Teresa Paneque, astrónoma y divulgadora científica, ha alertado sobre las posibles consecuencias para el Observatorio Paranal, uno de los puntos más importantes para la astronomía global. Se teme que un aumento en la contaminación lumínica pueda comprometer las investigaciones científicas en la zona.
El astrofísico alemán y Premio Nobel Reinhard Genzel propuso durante su visita a la Universidad de Chile abrir un diálogo con AES Andes para considerar la posibilidad de trasladar el proyecto a otra ubicación dentro del desierto, a fin de mitigar sus impactos.
Gonzalo Lemus, activista ambiental de Taltal, ha acusado que la directora ejecutiva del Servicio de Evaluación Ambiental, Valentina Durán, evitó sugerir el cierre anticipado del proyecto por temor a afectar su posición laboral.
La resolución final del Servicio de Evaluación Ambiental, prevista para el 19 de junio, será un punto crucial para determinar si el proyecto continúa o se modifica.
El destino del proyecto INNA sigue en suspenso mientras la empresa y la comunidad científica buscan encontrar un consenso que mitigue sus posibles impactos ambientales y astronómicos.