La ministra del Interior de Chile, Carolina Tohá, ha defendido la compra fallida de la casa del expresidente Salvador Allende por parte del Estado chileno.
Aunque considera que la situación es “lamentable” e “indignante”, descarta que haya habido “mala fe” por parte de la familia del exmandatario.
Tohá argumenta que el proceso de compra fue transparente y que no se pretendía aprovechar económicamente la operación.
Tohá criticó las sospechas de que la familia Allende había intentado vender la casa a sabiendas de que era incompatibilidad con la ley. En su opinión, lo insólito es que nadie haya advertido esta incompatibilidad antes y que se haya recurrido al Tribunal Constitucional.
La ministra aseguró que el objetivo del Gobierno fue preservar la memoria e historia de Salvador Allende y que la compra había sido “de buena fe” y “muy abierta”. Reconoció que el proceso tuvo una serie de fallas, pero subrayó que se dejó sin efecto y no se alcanzó a consumar.
En resumen, Tohá defiende la intención del Gobierno de comprar la casa de Allende, pero admite que hubo un error en el proceso y que se deben investigar las circunstancias.